Al ser la segunda operación, y con 23 años, fue diferente de la primera. La recuperación fue más llevadera, ya sabía a lo que me enfrentaba, y la cosa no fue tan traumática como la primera vez.
Fue pasando el tiempo, y poco a poco, iba recuperando mi vida normal. Encontré mi primer trabajo, y con lentillas, lo cierto es que mi visión era bastante buena.
Con las lentillas (probé de todo tipo: permeables, duras, blandas, semiblandas, etc conseguía hacer una vida normal, pero nuevamente, no hay felicidad completa. Al principio, soportaba las lentillas muchas horas, peor yo me daba cuenta que a medida que pasaban los años, cada vez las soportaba menos, y las tenía que cambiar bastante a menudo.
El ojo izquierdo empezaba a darme problemas, la visión era cada vez peor. Era reacio a volver al médico, porque tenía miedo a que todo volviera a comenzar. Y eso es lo que ocurrió. En el año 2001, en una revisión médica, me recomendaron volver a intervenir en el ojo izquierdo. El trasplante había empeorado, y aunque no había habido rechazo, la visión volvía a ser casi nula
Por miedo a perder el trabajo, yo proseguí con mi vida normal, sabiendo que tarde o temprano tenía que volver a hacerme el trasplante en el ojo izquierdo. Aunque la visión del ojo izquierdo empeoraba a pasos agigantados, yo seguía haciendo vida más o menos normal , alternando lentillas con gafas. Las lentillas, cada vez las soportaba menos, así que al final, no me las ponía, y llevaba las gafas, bastante gruesas, con bastante graduación, estéticamente horrorosas.
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